Mejor morir

Abstract

Había calificado a la muerte como la mejor opción. Repetía en los momentos de abandono de los sentidos que nada le causaba encanto ni embeleso y que la única opción era morir. Nunca encontraba una salida a la problemática que lo envolvía. Y, cada día aumentaba la obsesión de quitarse la vida y de buscar la forma de hacerlo. Su ideación suicida estaba ahí en sus pensamientos y los recuerdos de su existencia justificaban su decisión. Alguna vez alcanzó a disparar sobre su existencia un balazo que inexplicablemente no entró en su cuerpo y que pudo haber sido desviado cuando según lo afirmó escucho una voz de ultratumba: "No lo hagas". Esto lo afirmó ante su único confidente que lo escuchó sorprendido y que fue su tabla de salvación cuando lo presentó ante Ángela una angelical mujer que le transformó la vida y que maternalmente le dedicó el tiempo en ese instante de su desesperación. Eran sesiones prolongadas en las que Santiago contaba cómo desde su niñez había conocido el sufrimiento y de qué manera todas las personas que lo trataron le dejaron recuerdos amargos. Tenía una memoria privilegiada, evocaba hechos desde los tres años de edad cuando cogidos de las manos acompañaba a su progenitora por las calles del barrio de invasión donde vivía anunciando la venta de tamales trabajo que se convirtió en el modo de subsistir de su familia integrada por un padre borracho y dos hermanas que vendían sus cuerpos para comprar los alimentos y pagar una renta en una casa de inquilinato que en época de invierno se inundaba causando serios estragos. Es una historia infame, solía repetir y lo mejor es morir. Sin embargo, al fin llegó una luz en el camino que todo lo transformó y que alumbró la existencia de toda la familia que alcanzó la paz interior recordando un pasado que se narra en esta obra como testimonio de una vida que cambió por la fe en el creador y en sus propios valores. (tomado del texto)